Sócrates fue uno de los filósofos más influyentes de Atenas pero a los setenta años de edad fue condenado a muerte bebiendo cicuta por negar a los dioses atenienses y corromper a la juventud. Su discípulo Platón cuenta en Fedro y en la Apología de Sócrates como su maestro pudo librarse de la condena por las influencias que tenía pero él prefirió aceptar su condena en honor a la verdad.
David representa precisamente el momento en el que Sócrates está a punto de ingerir el veneno. Éste aparece en el centro de la composición con una actitud tranquila y sosegada mientras a su alrededor un nutrido grupo de personajes aparecen en las actitudes más diversas. Critón, discípulo del filósofo, aparece apesadumbrado colocando la mano sobre la rodilla de su maestro